viernes, 15 de agosto de 2014

Un hombre imaginario: mi entrevista frustrada con Ray Davies


No iba a ser fácil. Lo tenía asumido. Entrevistar a Ray Davies, mi ídolo musical de todos los tiempos, y conseguir colocar esa entrevista en algún medio de alcance era una osadía, un reto demasiado grande que tal vez se me escapara de las manos. Pero había que poner toda la carne en asador. Quién sabe si era la última visita de Ray a España. Solo dos fechas: 20 de julio en La Mar de Músicas en Cartagena (Murcia) y el día 23 en el Jazzaldia de San Sebastián. Me había reservado una semana de vacaciones en función de esas citas. El objetivo estaba claro. Tenía una espinita clavada de su última visita a Madrid, en mayo de 2006, cuando sí que estaba acreditado para entrevistarle en un reducido encuentro con prensa (solo tres medios) en un hotel de Madrid, pero coincidió con un concierto de mi grupo de entonces en Salamanca y no llegué a tiempo. Mi hermano se hizo pasar por mí. Esos momentos de la vida que jamás se olvidan.

Ya las ofertas previas no fueron muy prometedoras. Nadie, ningún medio con los que contacté, pareció muy receptivo a mi propuesta de una posible entrevista "exclusiva" con Ray Davies. Los hubo que ni siquiera contestaron. Suele pasar, nada nuevo. La hermética maquinaria de la prensa musical/cultural de este país... En general la visita de Ray Davies, leyenda viviente de la historia del rock, no parecía despertar especial interés en los medios. Tan solo El Periódico de Cataluña publicó esos días una entrevista que uno de sus periodistas debió hacerle tiempo antes en Londres. Aún así, me guardaba un as en la manga: como iba a seguirle en sus dos fechas en España, propuse un diario de ruta, una crónica de viaje más allá de la meramente musical... algo diferente a medio camino entre lo periodístico, lo emotivo y lo literario. Tampoco sirvió. Afortunadamente María Antonia, responsable de Cuadernos de Jazz, me ayudó desde el primer momento intermediando con la organización del Jazzaldia, facilitándome información y con algo tan simple --quién lo diría-- como mostrar interés. Y por supuesto mis compañeros de Europa Press, pero eso era jugar en casa.